Toda la felicidad que la humanidad puede alcanzar, está, no en el placer, sino en el descanso del dolor. Dicen que
a la vida hay que darla una segunda oportunidad, sí tienes tiempo.
Son tan fuertes mis latidos,
que el sonido de mi voz,
no se escucha cuando a gritos,
pide que me encuentre mi amor.
Por eso cada
noche me muero,
despues me encuentro un rayo de sol,
se quedan en la cama mis sueños,
y me salgo yo.