San Isidro labrador
San Isidro labrador labraba en su quintería,
y cuando se iba arar era más de mediodía
Mayorales de alredor, todos le tienen envidia,
de ver que sus gananciales sin comparación crecían.
Mayorales de alredor (1) al amo van a imponer:
"Mire usted, que su criado no cumple con su deber".
"Si mi criado no ara ni cumple con su deber,
a ustés (2) no les pido nada para pagarle yo a él".
Se salieron de su casa con la cara avergonzados,
el amo, que no era tonto, quiso enterarse del caso.
Ha montado en su caballo y a la quintería fue,
tuvo que pasar el río como acostumbraba él.
Pero al subir una loma San Isidro estaba orando,
y los bueyes con un ángel, ellos seguían labrando:
"Buenos días tenga, Isidro". "Tan buenos los tenga el amo".
"Dime quién te ayuda a ti para cumplir tu trabajo".
"A mí no me ayuda nadie para cumplir mi trabajo,
tan sólo el Rey de los cielos que me da salud y amparo".
Estando en estas palabras San Isidro salió arando,
y vio de abrirse tres zurcos (3) no habiendo más que un arado.
Coge el amo su caballo y de alegría llorando,
fue a decirle a su señora que su criado era santo.
Que repiquen las campanas, y el pueblo se ha emocionado,
y van a por San Isidro por mandato de su amo.
Al señor de San Isidro lo van a felicitar,
porque tiene hoy su campo que es una preciosidad.
San Isidro labrador
San Isidro labrador labraba en su quintería,
y cuando se iba arar era más de mediodía
Mayorales de alredor, todos le tienen envidia,
de ver que sus gananciales sin comparación crecían.
Mayorales de alredor (1) al amo van a imponer:
"Mire usted, que su criado no cumple con su deber".
"Si mi criado no ara ni cumple con su deber,
a ustés (2) no les pido nada para pagarle yo a él".
Se salieron de su casa con la cara avergonzados,
el amo, que no era tonto, quiso enterarse del caso.
Ha montado en su caballo y a la quintería fue,
tuvo que pasar el río como acostumbraba él.
Pero al subir una loma San Isidro estaba orando,
y los bueyes con un ángel, ellos seguían labrando:
"Buenos días tenga, Isidro". "Tan buenos los tenga el amo".
"Dime quién te ayuda a ti para cumplir tu trabajo".
"A mí no me ayuda nadie para cumplir mi trabajo,
tan sólo el Rey de los cielos que me da salud y amparo".
Estando en estas palabras San Isidro salió arando,
y vio de abrirse tres zurcos (3) no habiendo más que un arado.
Coge el amo su caballo y de alegría llorando,
fue a decirle a su señora que su criado era santo.
Que repiquen las campanas, y el pueblo se ha emocionado,
y van a por San Isidro por mandato de su amo.
San Isidro labrador labraba en su quintería,
y cuando se iba arar era más de mediodía
Mayorales de alredor, todos le tienen envidia,
de ver que sus gananciales sin comparación crecían.
Mayorales de alredor (1) al amo van a imponer:
"Mire usted, que su criado no cumple con su deber".
"Si mi criado no ara ni cumple con su deber,
a ustés (2) no les pido nada para pagarle yo a él".
Se salieron de su casa con la cara avergonzados,
el amo, que no era tonto, quiso enterarse del caso.
Ha montado en su caballo y a la quintería fue,
tuvo que pasar el río como acostumbraba él.
Pero al subir una loma San Isidro estaba orando,
y los bueyes con un ángel, ellos seguían labrando:
"Buenos días tenga, Isidro". "Tan buenos los tenga el amo".
"Dime quién te ayuda a ti para cumplir tu trabajo".
"A mí no me ayuda nadie para cumplir mi trabajo,
tan sólo el Rey de los cielos que me da salud y amparo".
Estando en estas palabras San Isidro salió arando,
y vio de abrirse tres zurcos (3) no habiendo más que un arado.
Coge el amo su caballo y de alegría llorando,
fue a decirle a su señora que su criado era santo.
Que repiquen las campanas, y el pueblo se ha emocionado,
y van a por San Isidro por mandato de su amo.
Al señor de San Isidro lo van a felicitar,
porque tiene hoy su campo que es una preciosidad.
San Isidro labrador
San Isidro labrador labraba en su quintería,
y cuando se iba arar era más de mediodía
Mayorales de alredor, todos le tienen envidia,
de ver que sus gananciales sin comparación crecían.
Mayorales de alredor (1) al amo van a imponer:
"Mire usted, que su criado no cumple con su deber".
"Si mi criado no ara ni cumple con su deber,
a ustés (2) no les pido nada para pagarle yo a él".
Se salieron de su casa con la cara avergonzados,
el amo, que no era tonto, quiso enterarse del caso.
Ha montado en su caballo y a la quintería fue,
tuvo que pasar el río como acostumbraba él.
Pero al subir una loma San Isidro estaba orando,
y los bueyes con un ángel, ellos seguían labrando:
"Buenos días tenga, Isidro". "Tan buenos los tenga el amo".
"Dime quién te ayuda a ti para cumplir tu trabajo".
"A mí no me ayuda nadie para cumplir mi trabajo,
tan sólo el Rey de los cielos que me da salud y amparo".
Estando en estas palabras San Isidro salió arando,
y vio de abrirse tres zurcos (3) no habiendo más que un arado.
Coge el amo su caballo y de alegría llorando,
fue a decirle a su señora que su criado era santo.
Que repiquen las campanas, y el pueblo se ha emocionado,
y van a por San Isidro por mandato de su amo.