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Escudo de los Velasco bajo una hornacina con cruz sobre la puerta de acceso al recinto amurallado.
La iluminación con velas durante los dos primeros sábados de cada mes de julio es un espectáculo que va adquiriendo tradición y calidad año tras año.
Gratificante, entre tanta piedra histórica, encontrar una ventana o un balcón con plantas y flores.
Es un templo de estilo románico que ha sido restaurado en numerosas ocasiones debido a los avatares de la historia y del tiempo y que, aún así, conserva una buena parte de su construcción original. Uno de los elementos de mayor importancia es la torre de enorme altura que sobre sale destaca del resto de la edificación por su doble arquería en sus último cuerpos. El ábside también ha sobrevivido al paso de los años. Debido a las numerosas restauraciones la iglesia está dotada de un importante valor ... (ver texto completo)
El castillo fue construido entre los siglos XIV y XVI. Perteneció a las familias Herrera y Fernández de Velasco (duques de Frías y condestables de Castilla). En 1529 los hijos del rey de Francia, Francisco I, fueron rehenes en este castillo.
Actualmente pertenece a los herederos del pintor Ignacio Zuloaga, que lo utilizan como vivienda y museo. Fue declarado Conjunto Monumental en 1951.
Calle que comunica directamente con la única puerta de entrada/salida en el recinto amurallado de esta población. Por esta calle se llega directamente a la Plaza de la localidad, en la que se ubican, entre otros, la Iglesia parroquial y el ayuntamiento.
Rincones que hacen de esta localidad algo distinto y atrayente.
Cuando en tantos lugares de la piel de toro se la denigra, es gratificante llegar a un lugar donde la vemos ondear.
Sin duda, es una de las plaza castellanas más bonitas. Parcialmente porticada, cuenta con edificaciones de mucha antigüedad y mérito.
Llama la atención de este escudo nobiliario en una de las columnas de los soportes de la plaza. Llamó mi curiosidad, pero no sé a qué familia o personaje perteneció.
He vuelto a recorrer sus calles. No he tardado un año en volver, ahora con más tranquilidad que una de las noches de las velas. Con sosiego es posible llegar a todos los sitios y apreciar los detalles.
Me encantó la vista a esta población coincidente con uno de los sábados de julio en que se celebrará la noche de las velas. La asistencia de personas desbordaba la capacidad de sus principales calles, lo que dificultaba detenerse en algunos lugares para observar edificaciones, balcones, blasones, cárcel y otros lugares como su castillo, por eso ésta primavera tengo intención de volver.
Alcalde en 2010
la farola
plano de valdesimonte