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Una noticia aparecida el pasado domingo, 29 de diciembre 2019, respecto al vandalismo en el Jardín de las Rocas en Balisa, nos dice:
“Los autores del ataque han arrancado carteles en el llamado Jardín de las Rocas, inaugurado hace tan solo siete meses. La indignación en el colectivo Geología de Segovia es mayúscula debido a otro ataque vandálico contra exponentes del rico patrimonio geológico que atesora la provincia. Esta vez, la diana de los destrozos ha sido el bautizado como Jardín de las Rocas, en el núcleo de Balisa, perteneciente al término de Santa María la Real de Nieva. En concreto, han sido arrancados varios carteles, algunos de los cuales quedaron tirados y otros no han sido encontrados”.
Se me ocurre expresar mi disgusto en forma de soneto.
Deshacer es más largo que hacer,
pero es más fácil y cuesta menos.
El vándalo es un monstruo sin frenos
sin los verbos sentir y padecer,
sí, erradicar y desaparecer.
La Piedad de Miguel Ángel, a duelo
se le reta, o las piedras del suelo,
¡qué más le da, si no lo alcanza a ver!.
El hombre obra movido por resortes
malvados, incomprensibles a veces,
cerrando las pistas de la lógica.
El ciudadano que así se porte,
ofrecerá a su sociedad, niñeces,
rabietas, o acciones patológica.
“Los autores del ataque han arrancado carteles en el llamado Jardín de las Rocas, inaugurado hace tan solo siete meses. La indignación en el colectivo Geología de Segovia es mayúscula debido a otro ataque vandálico contra exponentes del rico patrimonio geológico que atesora la provincia. Esta vez, la diana de los destrozos ha sido el bautizado como Jardín de las Rocas, en el núcleo de Balisa, perteneciente al término de Santa María la Real de Nieva. En concreto, han sido arrancados varios carteles, algunos de los cuales quedaron tirados y otros no han sido encontrados”.
Se me ocurre expresar mi disgusto en forma de soneto.
Deshacer es más largo que hacer,
pero es más fácil y cuesta menos.
El vándalo es un monstruo sin frenos
sin los verbos sentir y padecer,
sí, erradicar y desaparecer.
La Piedad de Miguel Ángel, a duelo
se le reta, o las piedras del suelo,
¡qué más le da, si no lo alcanza a ver!.
El hombre obra movido por resortes
malvados, incomprensibles a veces,
cerrando las pistas de la lógica.
El ciudadano que así se porte,
ofrecerá a su sociedad, niñeces,
rabietas, o acciones patológica.