![Ábside de la iglesia](/fotos_originales/6/7/7/00144677.jpg)
En el año 1641, Cantalejo llegó a ser villa de señorío con D. Fernando de Ojeda y Treviño. El rey Alfonso XIII dio el título de ciudad en el año 1926. Como seña de su pasado quedan los
monumentos más característicos, principalmente religiosos, como son: La
iglesia Parroquial de
San Andrés; Su estilo es Neoclásico, construida en el siglo XVII. Estructurado en tres naves principales. En su interior guarda un suntuoso
retablo con
columnas de mármol. En su exterior una esbelta
torre cuadrada que se distingue a gran distancia del lugar. Y la
Ermita de Ntra. Sra.
Virgen del
Pinar; está situada a 2 km. de la localidad, de sabor
medieval y origen
románico, ocupada en su fundación por la Orden de los Templarios. Existen dos
tradiciones que se conservan dignas de mención, las cuales son: El
Trillo, Pieza fundamental de la cultura Cantalejana Cantalejo fue durante muchos años importante por la fabricación de
trillos y Cribas. No es posible fechar el comienzo de la fabricación de estos
aperos de
labranza, aunque es posible que estos y otros aperos se hicieran en este municipio desde su romanización, motivado por la abundante materia prima que ofrecía los bosques de este lugar. El trillo Cantalejano desciende del trillo
romano y ha sido durante siglos un imprescindible
apero de labranza, cuya fabricación ocupaban los meses de
otoño e
invierno y la búsqueda de
mercado empezaba en abril y mayo. Aunque en la actualidad se emplean maquinas trilladoras, la elaboración de trillos en Cantalejo se mantiene vigente. Existe una demanda creciente de estos aperos, lo cual viene motivado por su valor decorativo y artesanal. Los criberos y los tratantes de
ganado de Cantalejo es sus movimientos por
pueblos y ciudades de Castilla y de otras partes de
España utilizaron al realizar sus tratos un código lingüístico artificial, jerga o argot, de léxico muy reducido que les servía para comunicarse entre sí. La gestación de la Gaceria no debió ser muy posterior a la comercialización de los trillos, cribas y demás aperos fabricados en Cantalejo, debió de hallarse en pleno florecimiento durante el segundo cuarto del siglo XX, al mismo tiempo que prosperaban las actividades laborales correspondientes. Después, desaparecida la industria del trillo y la compraventa de ganado como afición, dejo de usarse éste código tan particular. La gaceria fue un código de comunicación muy reducido. Aún sumándose todas las variantes, el resultado es, poco más de tres centenares y cuarto de términos, una cuarentena de verbos, una quincena de adjetivos, varios adverbios. Todos los demás sustantivos sencillos o complejos.