Aunque los pasos toquen mil años este sitio,
no borrarán la sangre de los que aquí cayeron.
Y no se extinguirá la hora en que caísteis,
aunque miles de voces crucen este silencio.
La
lluvia empapará las
piedras de la
plaza,
pero no apagará vuestros nombres de fuego.
Mil
noches caerán con sus alas oscuras,
sin destruir el día que esperan estos muertos.
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