Un polaco entra en una tienda y dice:
- Quisiera comprar un kilo de kielbasa.
- Oiga, usted es polaco, verdad?
- Pero que pasa? Es que acaso si pidiese pasta tendría que ser italiano?
- No. - Y acaso si pidiese sopa de matzoh tendría que ser judío? - Desde luego que no.
- Y acaso tengo que ser francés para pedir un cruasan? - En absoluto.
- Bueno, pues entonces por que me pregunta si soy polaco?
- Es que esto es una ferretería.
Un maño y un francés discuten por un pato. Al cabo de un rato de bronca infructuosa, dice el maño:
- Mira, lo que podemos hacer es echar un pulso. el que le pegue al otro la patada mas fuerte en los cataplines al otro se queda con el pato.
- Vale, de acuerdo, empieza tu.
El maño le pega una patada de la leche. Pero cuando el francés se ha recuperado y le va a dar su versión al maño, este le dice:
- ¿Pero qué dices? Venga ya, vamos a discutir por un pato...
- Quisiera comprar un kilo de kielbasa.
- Oiga, usted es polaco, verdad?
- Pero que pasa? Es que acaso si pidiese pasta tendría que ser italiano?
- No. - Y acaso si pidiese sopa de matzoh tendría que ser judío? - Desde luego que no.
- Y acaso tengo que ser francés para pedir un cruasan? - En absoluto.
- Bueno, pues entonces por que me pregunta si soy polaco?
- Es que esto es una ferretería.
Un maño y un francés discuten por un pato. Al cabo de un rato de bronca infructuosa, dice el maño:
- Mira, lo que podemos hacer es echar un pulso. el que le pegue al otro la patada mas fuerte en los cataplines al otro se queda con el pato.
- Vale, de acuerdo, empieza tu.
El maño le pega una patada de la leche. Pero cuando el francés se ha recuperado y le va a dar su versión al maño, este le dice:
- ¿Pero qué dices? Venga ya, vamos a discutir por un pato...