desde mi rincon
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relatos de Verano
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Quiero ser sincero conmigo mismo, tengo que decir que este relato fue escrito en un rollo de papel higiénico que no estaba completo.
Bueno, cuando las personas van al servicio, a cada una se le ocurre una cosa distinta, unos leen, otros piensan, otros se miran al espejo y otros como yo pintan las paredes.
El día al que me refiero, los paredes estaban barnizadas, por eso con esta afición literaria que tengo, no tuve más remedio que agarrar el rollo del papel del water.
Yo siempre había oído esas soeces …de me lo hago en tu...
y la verdad tengo que decir que es cosa de muy mal gusto. ¡Que culpa tienen ellas!
Si se tiene algún resentimiento contra alguna persona, y en estos momentos, por casualidad te acuerdas de ella, pues tienes la ocasión de vengarte bien.
- Me explico: Yo por ejemplo sabía que la madre del tendero era una bella persona, pero él era un guarro, un ladrón, un desconfiado y miserable.
Y como dicen los toreros … ¡Que vaya para él, mi primer brindis!
Figuraros si sería guarro y desconfiado el tío, que se meaba en el barril de las aceitunas por no pasar al servicio, pues creía que todo el mundo le iba a robar.
Al pobre dependiente le tenía los pies destrozados, pues cuando llegaba algún cliente que se le podía
" meter el clavo "le daba el pisotón para que no se le olvidara, que a ese se le podía robar, sería sinverguenza el tío.
Si tuviese que seguir enviando " brindis ", este sería para el sucio encargado que tuve en la última empresa, pues además era un hipocrita,
Recuerdo que cada vez que me tenía que presentar a algún cliente, decía… ¡Aquí fulano de tal!
¡El señor es un pilar en la empresa!
Luego, resultó que el todo se lo llevaba, que lo robaba todo. Así que por muchos pilares que puse, la empresa se vino abajo.
Como caso curioso, os contaré, que aparte de él había otros dos jefecillos, o sea que eran tres a mandar y llevarse las cosas
Para que me comprendáis bien, el más mandón era el más ladrón, y se llamaba Sr. San martín, el otro
Santa Inés, y el que menos mandaba Pedro Sánz, yo cariñosamente le decía San Pedro.
Mi tercer recuerdo de esa mañana de las "maniobras" fue para aquel cura loco de la iglesia del Rosario, aquel que daba la misa en ocho minutos, y luego tardaba en comer dos horas.
¡Bien esta en mis recuerdos de niño!
. Siempre que iba a comer me llamaba-
Los primeros días creí que me iba a dar algo, pero que va, se lo engullía todo, el muy cerdo, el muy glotón.
Yo creo que se comía hasta los huesos, y además se chupaba los dedos el muy guarro, el muy,,,
Como os cuento: sólo me llamaba para que le sirviera, acostumbraba decir mientras comía,,, ¡Qué bueno es Dios Manolín!
Y yo le miraba estupefacto, viendo como se lo comía todo. No se como le va ir cuando le pida las cuentas San Pedro,
Y aunque es muy grande mi estreñimiento, no quiero que se me olvide aquel jefe que tuve, que era Judío-Alemán. Daros cuenta que clase de tío sería, que siempre que recibía una persona en busca de trabajo, lo primero que le preguntaba: ¿Oiga, usted no será ladrón? Y la gente se caía por el suelo.
No sabía ni como entrarle, nunca podía decirle, como es cosa natural.
Yo pienso Señor tal …que esto se debe hacer así.
Pues él se ponía como un energúmeno, y decía, en su media lengua.
A usted no pagamos por pensa.
Tampoco se me olvidará mi patrona Vitoria, que era una tía mentirosa, más falsa que nadie, y que además creo que era un poco bruja como la Eulalia, pero de verdad no me agrada meterme con los muertos.
Siempre la solía decir: ¡Seña Vitoria! el día que se muera y la pasen por aquí, voy a exclamar ¡Adiós cuerpo de verdades! Luego no me enteré cuando la diñó.
Siento decir, que no es que no me acuerde de otras buenas piezas que he conocido en esta vida, lo que pasa, es lo que decía al principio, el rollo de papel estaba empezado, y lo poco que queda, naturalmente, me hará falta para más tarde…
*************
Un abrazo Jose Luis y Marcelino de Manuel de Viegu
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relatos de Verano
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Quiero ser sincero conmigo mismo, tengo que decir que este relato fue escrito en un rollo de papel higiénico que no estaba completo.
Bueno, cuando las personas van al servicio, a cada una se le ocurre una cosa distinta, unos leen, otros piensan, otros se miran al espejo y otros como yo pintan las paredes.
El día al que me refiero, los paredes estaban barnizadas, por eso con esta afición literaria que tengo, no tuve más remedio que agarrar el rollo del papel del water.
Yo siempre había oído esas soeces …de me lo hago en tu...
y la verdad tengo que decir que es cosa de muy mal gusto. ¡Que culpa tienen ellas!
Si se tiene algún resentimiento contra alguna persona, y en estos momentos, por casualidad te acuerdas de ella, pues tienes la ocasión de vengarte bien.
- Me explico: Yo por ejemplo sabía que la madre del tendero era una bella persona, pero él era un guarro, un ladrón, un desconfiado y miserable.
Y como dicen los toreros … ¡Que vaya para él, mi primer brindis!
Figuraros si sería guarro y desconfiado el tío, que se meaba en el barril de las aceitunas por no pasar al servicio, pues creía que todo el mundo le iba a robar.
Al pobre dependiente le tenía los pies destrozados, pues cuando llegaba algún cliente que se le podía
" meter el clavo "le daba el pisotón para que no se le olvidara, que a ese se le podía robar, sería sinverguenza el tío.
Si tuviese que seguir enviando " brindis ", este sería para el sucio encargado que tuve en la última empresa, pues además era un hipocrita,
Recuerdo que cada vez que me tenía que presentar a algún cliente, decía… ¡Aquí fulano de tal!
¡El señor es un pilar en la empresa!
Luego, resultó que el todo se lo llevaba, que lo robaba todo. Así que por muchos pilares que puse, la empresa se vino abajo.
Como caso curioso, os contaré, que aparte de él había otros dos jefecillos, o sea que eran tres a mandar y llevarse las cosas
Para que me comprendáis bien, el más mandón era el más ladrón, y se llamaba Sr. San martín, el otro
Santa Inés, y el que menos mandaba Pedro Sánz, yo cariñosamente le decía San Pedro.
Mi tercer recuerdo de esa mañana de las "maniobras" fue para aquel cura loco de la iglesia del Rosario, aquel que daba la misa en ocho minutos, y luego tardaba en comer dos horas.
¡Bien esta en mis recuerdos de niño!
. Siempre que iba a comer me llamaba-
Los primeros días creí que me iba a dar algo, pero que va, se lo engullía todo, el muy cerdo, el muy glotón.
Yo creo que se comía hasta los huesos, y además se chupaba los dedos el muy guarro, el muy,,,
Como os cuento: sólo me llamaba para que le sirviera, acostumbraba decir mientras comía,,, ¡Qué bueno es Dios Manolín!
Y yo le miraba estupefacto, viendo como se lo comía todo. No se como le va ir cuando le pida las cuentas San Pedro,
Y aunque es muy grande mi estreñimiento, no quiero que se me olvide aquel jefe que tuve, que era Judío-Alemán. Daros cuenta que clase de tío sería, que siempre que recibía una persona en busca de trabajo, lo primero que le preguntaba: ¿Oiga, usted no será ladrón? Y la gente se caía por el suelo.
No sabía ni como entrarle, nunca podía decirle, como es cosa natural.
Yo pienso Señor tal …que esto se debe hacer así.
Pues él se ponía como un energúmeno, y decía, en su media lengua.
A usted no pagamos por pensa.
Tampoco se me olvidará mi patrona Vitoria, que era una tía mentirosa, más falsa que nadie, y que además creo que era un poco bruja como la Eulalia, pero de verdad no me agrada meterme con los muertos.
Siempre la solía decir: ¡Seña Vitoria! el día que se muera y la pasen por aquí, voy a exclamar ¡Adiós cuerpo de verdades! Luego no me enteré cuando la diñó.
Siento decir, que no es que no me acuerde de otras buenas piezas que he conocido en esta vida, lo que pasa, es lo que decía al principio, el rollo de papel estaba empezado, y lo poco que queda, naturalmente, me hará falta para más tarde…
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Un abrazo Jose Luis y Marcelino de Manuel de Viegu