Mi corazón partido
ente la ciudad y el
campo.
¡Luminarias de la
noche!
¡Mis verdes sauces llorones!
¡Ay claras confiterías
de anises y de piñones!
¡El olor a trementina,
a suave alcol de romero
del bosque!
¡Novia azul en la baranda
de los últimos
balcones!
¡Novia del
monte
pobre!
Rafael Alberti