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BERNUY DE COCA: Nació en el seno de una familia de la clase media de...

Nació en el seno de una familia de la clase media de Las Palmas, hijo de un militar. Recibió una educación rígida y religiosa, que no le impidió entrar en contacto, ya desde muy joven, con el liberalismo, doctrina que guió los primeros pasos de su carrera política.

Cursó el bachillerato en su tierra natal y en 1867 se trasladó a Madrid para estudiar derecho, carrera que abandonó para dedicarse a la labor literaria. Su primera novela, La sombra, de factura romántica, apareció en 1870, seguida, ese mismo año, de La fontana de oro, que parece preludiar los Episodios Nacionales.

Novelista y dramaturgo, máximo representante - junto con Leopoldo Alas Clarín, "Clarín"- de la corriente realista que dominó la narrativa española de la segunda mitad del siglo XIX, Pérez Galdós está unánimemente reconocido como uno de los mayores novelistas de la literatura en lengua castellana.

Es autor de una muy amplia producción literaria, Galdós empezó cultivando una novela de tesis en que los personajes aparecían cortados por un patrón maniqueo, que los dividía entre reaccionarios y liberales.

Posteriormente empezó a interesarse por los aspectos más costumbristas y por facetas más espirituales e intentó describir la burguesía española de su época y buscar sus orígenes en la historia contemporánea, mediante el uso de la novela histórica.

También ensayó otras fórmulas narrativas, como la novela dialogada. Su estilo busca la naturalidad y evade cualquier artificio retórico a fin de ofrecer, según postulados estéticos realistas, la visión más directa posible de lo que pretende expresar. Cuando narra su estilo es transparente, académico, pero siempre tradicional; se trasluce sin embargo el humor y la ironía.

La obra de Pérez Galdós se divide en dos apartados, que corresponden a la novela y al teatro. Aparte de sus numerosos artículos periodísticos.

Galdós fue un hombre comprometido y progresista, abierto y liberal, y muy crítico con la intolerancia y el oscurantismo de un amplio sector de los españoles de su tiempo. En el último periodo de su vida, Galdós repartió su tiempo entre los compromisos políticos y la actividad como dramaturgo.

El final de su vida estuvo marcado por la pérdida progresiva de su vista y por las dificultades económicas debido a que tenía la costumbre de endeudarse.

El la ruina y afectado por una enfermedad, en la madrugada del 4 de enero de 1920, muere en su casa de la calle Hilarión Eslava de Madrid. El día de su entierro, una multitud acompañó su ataúd hasta el cementerio de la Almudena.