Busco pastor y
ovejas, (gallinas ya tenemos y yogures también), para afincarnos en
Rábano. Porque qué sería de sus
calles sin nuestras carreras de líquidos salivares, y de su tranquilo entorno sin nuestras delicadas vocecillas serpenteando entre el susurro del viento y el silencio, ¿eh? Menos mal que os mando a la VASCA de vez en cuando para animar el cotarro y embellecer más el
paisaje. Seguimos buscando ovejas, pastor ya tenemos.