Carabias es , sin duda alguna, un pueblo de enorme potencial al que se ha menospreciado e infravalorado: sus muchas fuentes, si alguna vez abundates en rica agua, ya no emanan de ellas más que un hilillo (y si llega en verano). La causa de esta alarmante desaparición de nuestro agua reside en las graveras que, con extraños y ocultos permisos, concedió el Señor Alcalde para su ubicación, que, dicho sea de paso, no respetan el límite de proximidad a áreas habitadas (apenas 50 m, cuando la legislación marca 2000m). Estas dos areneras atormentan a Carabenses (y/o Carabinos)con los ruidos y temblores que provocan sus horroríficas máquinas y que, por si no fueran bastantes molestias)llenan al pueblo de una espesa niebla, formada por arenilla, en los días secos del verano ensuciando casas, calles, coches... Y dificultando la respiración y visión de los transeúntes.
Muchas otras cosas ciertas, e igual de alarmantes, podría decir aquí de las que todo el pueblo es conocedor, dejémoslo para otra ocasión.
Sin más, animo desde estas líneas a todos aquellos que en verdad aman a su pueblo Carabias, a no conformarse con la presente situación que ha alcanzado límites insospechados.
POR EL CARABIAS QUE NOS MERECEMOS, cambiemos desde nuestras posibilidades el presente.
Muchas otras cosas ciertas, e igual de alarmantes, podría decir aquí de las que todo el pueblo es conocedor, dejémoslo para otra ocasión.
Sin más, animo desde estas líneas a todos aquellos que en verdad aman a su pueblo Carabias, a no conformarse con la presente situación que ha alcanzado límites insospechados.
POR EL CARABIAS QUE NOS MERECEMOS, cambiemos desde nuestras posibilidades el presente.