Mi padre era de este pueblo y recuerdo que cuando era pequeña ibamos allí y visitabamos la casa de mis abuelos. Era muy pequeña, pero recuerdo una carnicería en la que siempre comprábamos. Y también recuerdo que ibamos a comer a una mesa de piedra que había en el campo con un manantial. Me encantaría volver a ver el pueblo.
Yo he vivido desde pequeña en Cerezo, seguro que conozco a tu familia. El lugar del que escribes se llama Navacubillo. Allí se merendaba al bajar de la romería de S. Benito (alrededor del 11 de julio) Era una pradera con un círculo de enormes robles en el centro y dentro la mesa que nombras. Ahora el lugar está algo descuidado, la fuente creo que se secó; solían ser los antiguos guardas forestales quienes la mantenían. Se sigue subiendo a S. Benito, que sí está cuidado. Merece la pena que vayas a merendar allí en junio o julio, la sierra estará hermosa.