Los primeros vestigios de la presencia humana en el solar caucense se remontan al Bronce Antiguo (1800-1600), en el segundo milenio a. C. Son varias puntas de flecha que ponen en relación esta presencia con otros hallazgos campaniformes de los alrededores. No sería un establecimiento permanente sino itinerante. Podría ser un núcleo estable organizado y jerarquizado de población en la Primera Edad del Hierro (800-500 a. C.) siendo sus principales actividades económicas la
agricultura cerealista y la
ganadería.
Según el profesor Guillermo Tejada, el nombre de su poblado prerromano, del que deriva su nombre actual, sería un hidrónimo compuesto de origen celta e indoeuropeo, seguramente en este caso por encontrarse entre 2
ríos, el Eresma y el Voltoya -nombres también prerromanos-. De "auca/oca", con significado de "
agua/
río", más "auca/oca", con el mismo significado; es decir, de " (Au/O) C (a+a) uca" habría evolucionado con el habla hasta "Cauca", y después al actual "
Coca", con el significado de (entre/ o junto a-) "el río y el río" o (entre/o junto a) "2 ríos". Otro posible significado, no tan lógico en este caso, sería el redundante (junto al) "río de río/río afluente/o secundario" -en referencia sólo al Eresma".
En 1861, se funda en Coca la Resinera Segoviana, con la construcción en 1862 de la primera y mejor
fábrica para el tratamiento y destilación de las resinas de los
pinos. Esto fue posible por la unión entre los hermanos Falcón (inventores del sistema Hugues de resinación por medio de incisiones en el
pino), D. Vicente Ruiz Velázquez y D. José Llorente.
En el año 1953, se inauguró en Coca el Instituto Laboral, uno de los primeros de
España, que durante muchos años ha sido centro de la educación de la Comarca, ya transformado en Instituto de Educación Secundaria.