Desde el Centro de
Arte Mudéjar nos dirigimos a la
puerta de
San Basilio. Este conjunto defensivo destaca por su compleja construcción que se asemeja a la
arquitectura árabe toledana (
arcos enmarcados por alfices,
torreones en avanzadilla sobre la puerta, verdugadas de ladrillo,..)
Esta puerta se levantó con muros de mampostería de cal y canto reforzados en sus paramentos con diferentes acabados, partiendo de un basamento de sillares de
piedra caliza que llegan a tener hasta 4 metros de altura, llegando hasta la línea de impostas de los arcos de la puerta, para levantarse el resto de los muros en mampostería ordinaria intercalada con verdugadas de ladrillos de una sola hilada separadas entre 115 y 125 cm y con
esquinas en ladrillo.
La organización de este complejo defensivo lo forman dos
torres, una rectangular y la otra semicircular, que defienden la puerta en la que aparecen cuatro arcos bajo una
bóveda de medio cañón, los dos interiores con dovelas de piedra caliza y los dos exteriores de ladrillos. Por el interior de la puerta se accede al
paseo de ronda mediante estrechos
pasadizos cerrados con bóveda de cañón, llegando a los dos niveles del adarve.
Entre dos de los arcos exteriores se conserva el hueco del rastrillo que protegía la puerta. Coronando la puerta aparecen dos
escudos de los duques de Alburquerque con las armas de los
Cueva y los
Toledo, y sobre la clave del
arco mudéjar el
escudo del Concejo de
Cuéllar.
La defensa de la puerta se completa con la
torre de planta semicircular que, reforzada con dos pequeños torreones a modo de contrafuertes, se encuentra a 16 metros al noroeste de la puerta entre la
muralla y la barbacana. Esta torre en su base tiene un
pasadizo que lo atraviesa y que servía para recorrer la liza protegido junto a la puerta de San Basilio sin necesidad de salir fuera de las defensas.