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CUEVAS DE PROVANCO: CORRIAN VIENTOS DE CAMBIO SOBRE SU PUEBLO CASTELLANO...

CORRIAN VIENTOS DE CAMBIO SOBRE SU PUEBLO CASTELLANO
Aquel joven castellano, preparo su maleta, y con ella el equipaje que precisaría en el futuro. En aquella tarde del mes de septiembre, de mil novecientos cincuenta y seis. Su vista sobre el horizonte, empezaba a darle lo compleja que era en aquel momento su marcha, hasta aquellos días, su oficio de panadero ayudando a su padre, les había mantenido sin muchos problemas, aunque en los últimos meses, la emigración hacia otras tierras de España, e incluso del extranjero, les había hecho mucho daño, ya que el consumo al tener menos clientela, había bajado de forma espectacular. Cada semana una nueva familia se marchaba de aquel pueblo, y encima algunos sin avisar, al tener deudas pendientes con los comerciantes de la localidad. Y tan solo cuando sabían que se habían marchado, se daban cuenta de la morosidad que les adeudaban. Todo parecía imposible de arreglarse, habían llegado los primeros tractores y maquinaria agrícola, y los empleos de los mozos de mulas y jornaleros en la agricultura, eran puestos que desaparecían sin dejar oportunidad de ocupar nadie, todo parecía marcharse a la ruina, los pequeños industriales, cómo herreros, panaderos, comercios de alimentación, albarderos, herradores y bares, eran demasiado para aquella población, que cada semana disminuía, entre los lamentos de las personas mayores, que veían cómo sus hijos y nietos, se alejaban de aquella tierra sin futuro. El joven de nuestra historia, lleno su maleta de comida y ropa, y con algún dinero que le proporcionaron en su casa, eligió el camino de Madrid, donde nada más llegar, lo primero que hizo, fue buscarse una patrona en la zona de Cuatro Caminos, para poner tener un lugar donde dormir, y así lo hizo. Al día siguiente de llegar a la gran ciudad, empezó a mirar por diferentes lugares, el cómo encontrar un trabajo que le diera economía suficiente para poder salir adelante, miro en alguna tahona, y en despachos de pan, pero no tuvo suerte, por fin encontró de camarero en un bar, donde trabajaba a diario unas doce horas, y no era demasiado el sueldo que recibía, hasta que un cliente le señalo, cómo buscarse la vida de conductor de automóviles, cosa que logro en muy pocas semanas, en una autoescuela, cerca del bar donde trabajaba. Sin pensarlo mucho, pronto encontró un trabajo, que le hacía ilusión, ser chofer de una famosa cantante, donde viajaría por todas partes de España, que era en aquel momento, un lugar sin demasiado tráfico, pero muy bueno para conocer el manejo del coche, y las diferentes carreteras, todo aquel periodo, le resulto fabuloso, la mujer cantante, no le ponía ninguna traba, ni le acortaba su libertad, al andar por todos los lugares, sin necesidad de estar controlado. Hasta que un buen día o al revés según se mire, la cantante, llego borracha al coche, y el joven intento calmarla y tratar de acomodarla, en el asiento delantero donde a veces se sentaba, pero una vez por el camino, la cantante le llamo palabras muy fuertes, cómo lo de “maricón”, diciendo que no era capaz de saber querer a una mujer, y otras lindezas, que el joven callo por vergüenza, y que al día siguiente, le costarían el puesto que tenía de conductor particular. Sus proyectos se fueron abajo, solo le quedaba el volver a la autoescuela, y decidirse a sacar el carnet de primera, para conducir camiones, o Taxis en la ciudad de Madrid, cosa que no dudo ni un momento, y que en un periodo de tiempo muy corto, lograría estar circulando por las calles de tan bonita ciudad, demostrando su habilidad y dotes de gente. En el Taxi paso muchas horas, conoció, a muchas clases de personas, pero supo capear el temporal, y con el tiempo tener su propio vehículo, con el que ganarse la vida, si demasiados problemas, llegando a controlar la ciudad de Madrid y sus aledaños, cómo su propia casa. Sus padres continuaron en su pueblo, mal viviendo, pero con su pequeña panadería, pudieron llegar a ser pensionistas, y morir con dignidad, que en aquellos tristes años, parecía ser muy difícil, y que muchos castellanos, tuvieron que elegir el camino de la emigración, cómo única solución a su negro panorama, el joven panadero dejo en el olvido su oficio de juventud, donde fabrico muchos panes de harina de trigo candela, y que termino siendo un verdadero profesional del TAXI, en la ciudad de Madrid. G X Cantalapiedra. 22-2-2016.