PUEBLO DE SEGOVIA EN LADERA, CUEVAS DE PROVANCO
Cuevas de Provanco, me parece el pueblo de Segovia
que más tiene construido en su ladera, no tiene nada que ver con ningún otro pueblo de esa provincia castellana, es una sola calle con sus casas haciendo curvas penitentes, donde cualquier ser humano acaba cansado, hace ahora más de cuarenta años que estuve allí en verano, Cuevas de Provanco y su gente me pareció muy amable, pude disfrutar de una comida de chuletas de cordero fabulosa, en la parte alta de dicha localidad, donde las bodegas no hace falta bajar escaleras, ya que su laderas las hace formidables sin tener que subir ni bajar, por si el buen vino de allí te abrazara, y te hiciera andar a gatas, Subir cuesta trabajo, más pienso que los vecinos de dicho pueblo deben estar acostumbrados, He recorrido muchos caminos, he pisado en muchas laderas, he conocido muchas bodegas, más este pueblo le llevo en mi memoria para siempre, y con el a mi amigo Julián Arranz Paul, que aquel día y siempre se portó muy bien conmigo, Hay amigos que se les lleva en la memoria, y otros amigos que les llevas en el corazón, donde siempre tuvieron un hueco, No es extraño el que le tenga tanto en cuenta a Cuevas de Provanco. Cada vez que paso cerca de allí se me representa todo aquel entorno, donde las viñas están en sus laderas, para seguir su producción de vino tinto de la Ribera del Duero. Un abrazo a estos amigos que los tengo presentes. G X Cantalapiedra.
Cuevas de Provanco, me parece el pueblo de Segovia
que más tiene construido en su ladera, no tiene nada que ver con ningún otro pueblo de esa provincia castellana, es una sola calle con sus casas haciendo curvas penitentes, donde cualquier ser humano acaba cansado, hace ahora más de cuarenta años que estuve allí en verano, Cuevas de Provanco y su gente me pareció muy amable, pude disfrutar de una comida de chuletas de cordero fabulosa, en la parte alta de dicha localidad, donde las bodegas no hace falta bajar escaleras, ya que su laderas las hace formidables sin tener que subir ni bajar, por si el buen vino de allí te abrazara, y te hiciera andar a gatas, Subir cuesta trabajo, más pienso que los vecinos de dicho pueblo deben estar acostumbrados, He recorrido muchos caminos, he pisado en muchas laderas, he conocido muchas bodegas, más este pueblo le llevo en mi memoria para siempre, y con el a mi amigo Julián Arranz Paul, que aquel día y siempre se portó muy bien conmigo, Hay amigos que se les lleva en la memoria, y otros amigos que les llevas en el corazón, donde siempre tuvieron un hueco, No es extraño el que le tenga tanto en cuenta a Cuevas de Provanco. Cada vez que paso cerca de allí se me representa todo aquel entorno, donde las viñas están en sus laderas, para seguir su producción de vino tinto de la Ribera del Duero. Un abrazo a estos amigos que los tengo presentes. G X Cantalapiedra.