EL ESPINAR
Mirando desde el Caloco
voy divisando su tierra,
caminando poco a poco
mientras contemplo la sierra.
El Espinar de Segovia
tiene mucho de dulzura
es lo mismo que una novia
cuando rebosa hermosura.
Desde el balcón de su plaza
la vista pierde horizonte,
el verde gana su baza
y los arboles su monte.
Su paisaje entre montañas
hace grande sus llanuras,
El Espinar tiene entrañas
de conocer mil culturas
Con la sierra de testigo
sus vientos se vuelven fríos,
la montaña no es castigo
cuando se sueña con ríos.
Las miradas a la sierra
siempre parecen constantes,
en ellas pienso que encierra
siempre sus bellos instantes.
El Espinar sin complejos
entre hermosas avenidas,
desde el Caloco esta lejos
pero son cuestas queridas.
De guerras y de pasiones
sus piedras tiene recuerdos,
hoy vive las emociones
de ver sus paisajes cuerdos.
El Espinar es testigo
de sus veranos repletos,
con sus ambientes de amigo
y corazones inquietos.
El Espinar tiene sendas
que me parecen divinas,
lo mismo son sus leyendas
con historias de colinas.
Cuando la tarde termina
y la noche toma fuerza,
El Espinar se ilumina
para que nada se tuerza.
La sierra vive tan cerca
que notas sus vientos fríos,
la nieve se vuelve terca
y arrastra sus nuevos bríos.
G X Cantalapiedra.
Mirando desde el Caloco
voy divisando su tierra,
caminando poco a poco
mientras contemplo la sierra.
El Espinar de Segovia
tiene mucho de dulzura
es lo mismo que una novia
cuando rebosa hermosura.
Desde el balcón de su plaza
la vista pierde horizonte,
el verde gana su baza
y los arboles su monte.
Su paisaje entre montañas
hace grande sus llanuras,
El Espinar tiene entrañas
de conocer mil culturas
Con la sierra de testigo
sus vientos se vuelven fríos,
la montaña no es castigo
cuando se sueña con ríos.
Las miradas a la sierra
siempre parecen constantes,
en ellas pienso que encierra
siempre sus bellos instantes.
El Espinar sin complejos
entre hermosas avenidas,
desde el Caloco esta lejos
pero son cuestas queridas.
De guerras y de pasiones
sus piedras tiene recuerdos,
hoy vive las emociones
de ver sus paisajes cuerdos.
El Espinar es testigo
de sus veranos repletos,
con sus ambientes de amigo
y corazones inquietos.
El Espinar tiene sendas
que me parecen divinas,
lo mismo son sus leyendas
con historias de colinas.
Cuando la tarde termina
y la noche toma fuerza,
El Espinar se ilumina
para que nada se tuerza.
La sierra vive tan cerca
que notas sus vientos fríos,
la nieve se vuelve terca
y arrastra sus nuevos bríos.
G X Cantalapiedra.