En 1950 la construcción del
embalse dió lugar a su expropiación y obligó a trasladar los frescos al
Museo del Prado. En en 2009 se instaló una réplica de las pinturas.
Ermita de la Vera
Cruz Declarada
monumento nacional en 1924, esta sencilla Ermita templaria sorprendió al mundo por albergar uno de los mejores conjuntos de frescos románicos castellanos. En 1950 la construcción del embalse dió lugar a su expropiación y obligó a trasladar los frescos al Museo del Prado, quedando unas débiles improntas en los muros, apreciadas como un tesoro por los vecinos. Es el templo más antiguo y parece estar reedificada sobre una ermita visigótica anterior. La
tradición nos habla del culto ancestral a los muertos y que los templarios custodiaron aquí uno de los fragmentos de la
Santa Cruz - Lignum crucis - que llegaron a la península.