. Sea como fuere, del análisis cronístico realizado por Chalmeta parece deducirse una efectiva ocupación cristiana de varios enclaves avanzados al sur del Duero, en las riberas del Riaza y el Aguisejo, posiciones que serían abandonadas en el último tercio del siglo X ante el empuje de Almanzor y su hijo Abd alMalik, y que no volverían a consolidarse, esta vez de modo definitivo, hasta la segunda década del siglo XI. Refiere Jiménez de Rada en su De rebus Hispaniæ que el conde castellano Sancho García recuperó en el año 1011 las fortalezas del sudoeste soriano, norte de
Segovia y las del
valle del Riaza, entre las que se cuenta
Maderuelo (Hic obtinuit Pennam Fidelem, et Septempublicam, el Madolium, et Motelionem, et Varinatium, et Oaroman, et Sanctum Stephanum, quæ in captione patris perdiderant Christiani), aserto que, con todas las precauciones que imponen la distancia cronológica a la escribió el arzobispo toledano, bien pudiera ser tenido por bueno