LA
CHIMENEA:
Transcurría mil novecientos cincuenta y en el
pueblo, la escasez que había era bastante importante, la mayoría de los niños después de salir de la
escuela, jugábamos por las
calles, unas calles que, en
invierno, estaban llenas de barro, pero aun así, lo pasábamos muy bien.
Cuando llegaba el invierno quedaba muy poco tiempo para jugar en la
calle, pues se hacía muy pronto de
noche y había que recogerse temprano, porque en la calle la luz que había, era bastante escasa. La
casa en la
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