Es el frente de una pequeña lámina de esquisto de la que se pretendiera hacer un colgante de
adorno. Esta es la
piedra que si mueves una de sus caras aparecen como diminutos puntos de luz que parecen estrellas. Esa clase de objetos, los colgantes fueron relativamente frecuentes en el Neolítico, para ello se usaron diversos materiales como conchas marinas,
piedras diversas, incluso fósiles. Se usaba acaso como símbolo de identidad.