Esta secuencia de barros,
cerámica fina de barro negro, se trata acaso de una especie de conclusión a la que llegaría el viejo alfarero en su trabajo del barro. Se trata de un trabajo delicado y de un brillo especial, el barro está muy molido y bien mezclado sin excrecencias. Es difícil saber la forma de aquellas vasijas, platos o tazones de lo mismo, debido al pequeño tamaño de los pedazos, acaso 2-3 cmt de lado. Es una cerámica conseguida en el prado de Los Comunes-Quintana y representaría la última forma de fabricar
recipientes con barro negro local. Su datación cronológica se podría situar en torno al año 1.000 antes, quizás antes o quizás después hacia el 800 antes. A partir de ahora la arcilla roja se irá afirmando en las labores de alfarería.