Este es el lugar donde mejor pueden apreciarse los restos de la vieja cerca que rodeaba el antiguo castro. Esta clase de paredes exteriores fuera algo muy común en los poblados prehistóricos y no tenían una función, ni mucho menos, de defensa, sino que eran unas cercas fabricadas para que no se escaparan los animales o se extraviaran las personas, también debió servir como agrego para los vientos y preservación de las viviendas. La altura que eso podía presentar no superaría los dos metros. Acaso, pero solo acaso, esta primitiva cerca sería convertida en
muralla, ahora en los tiempos
medievales.