Ahí lo tenemos, dorado, crujiente, este es un exquisito manjar que, en
Rapariegos, preparan con mucha experiencia, hay dos
hornos que llevaran mas de cien años haciendo este trabajo, cualquier persona del
pueblo o de fuera de él, puede darse el capricho de acercarse con un cochinillo y, en un par de horas, lo pueden recoger y disfrutar de este suculento menú, tampoco sale tan caro, después del
verano pasado que fue la ultima vez que yo lo disfrute, salía por unos cincuenta € y comen cinco personas,
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