A FRANCISCO PINTOS
Francisco es un caballero,
es el artista alfarero
que de esa historia que fue o era,
si puede, la recupera
y sin coste de dinero.
Si con el arte del barro
surgió el hombre, el vaso, el tarro…,
y la obra maestra primera
fue humilde y verdadera,
así también de quien hablo,
el hombre que suma, añade
al común cosas que a nadie
se le ocurren: el vaciado
de un árbol, eso sagrado,
el cambio que la vida hace,
símbolo de eternidad,
volver a la realidad,
el tender al infinito,
al futuro, el requisito
más importante y vital,
ese paraíso perdido,
aquello que fue, que ha sido
en todas las culturas
referencia que perdura
entre recuerdo y olvido.
Francisco es un caballero,
es el artista alfarero
que de esa historia que fue o era,
si puede, la recupera
y sin coste de dinero.
Si con el arte del barro
surgió el hombre, el vaso, el tarro…,
y la obra maestra primera
fue humilde y verdadera,
así también de quien hablo,
el hombre que suma, añade
al común cosas que a nadie
se le ocurren: el vaciado
de un árbol, eso sagrado,
el cambio que la vida hace,
símbolo de eternidad,
volver a la realidad,
el tender al infinito,
al futuro, el requisito
más importante y vital,
ese paraíso perdido,
aquello que fue, que ha sido
en todas las culturas
referencia que perdura
entre recuerdo y olvido.