LA AMISTAD DE LAS PLANTAS
He sembrado lilas en mi jardín
para escuchar su leve susurro
y su delicado vivir
al abrir la puerta de mi pensamiento.
Y serán camino transitado
de atentos ojos en sus pasos
para aprender a loar
el mundo sensible y delicado.
Y allí en el arriate
donde de plano da el sol,
unos pensamientos ofrecen
sus almas amarillas y rojas
que desafían a las rosas
de gordos y rojos labios.
El húmedo rincón florido,
verde y blanco de margaritas,
urdido con la trama de las plantas
y embriagado de luz, aquí en Muñopedro,
transforma en música las ideas
y eleva gracias al claro azul
del firmamento
Jardín de aventuras y lugar común,
suma de emociones a ritmo de corazón,
donde el tiempo se va encogiendo
y ensanchando el alma
buscando imágenes en su mirada.
En el horizonte la sobra de las montañas
y a este lado el campo con su cara verde
componen la sinfonía de retazos
que atraen la mirada del alma
y el oído del corazón.
He sembrado lilas en mi jardín
para escuchar su leve susurro
y su delicado vivir
al abrir la puerta de mi pensamiento.
Y serán camino transitado
de atentos ojos en sus pasos
para aprender a loar
el mundo sensible y delicado.
Y allí en el arriate
donde de plano da el sol,
unos pensamientos ofrecen
sus almas amarillas y rojas
que desafían a las rosas
de gordos y rojos labios.
El húmedo rincón florido,
verde y blanco de margaritas,
urdido con la trama de las plantas
y embriagado de luz, aquí en Muñopedro,
transforma en música las ideas
y eleva gracias al claro azul
del firmamento
Jardín de aventuras y lugar común,
suma de emociones a ritmo de corazón,
donde el tiempo se va encogiendo
y ensanchando el alma
buscando imágenes en su mirada.
En el horizonte la sobra de las montañas
y a este lado el campo con su cara verde
componen la sinfonía de retazos
que atraen la mirada del alma
y el oído del corazón.