"Otero de Herreros encierra en su significado toponímico las claves que definen el lugar. El trabajo de la herrería se asoció, desde antiguo, a conocimientos que pasaban de padres a hijos, atribuyéndoseles un carácter casi de magia o hechicería, viviendo apartados de los demás. Los orígenes de la metalurgia se pierden en la noche de los tiempos, y en la II Edad del Hierro ya la practicaban los pueblos celtas de la península, cuya perfección era conocida por los romanos. Los vacceos, arévacos, vetones, pueblos de origen celta que dominaron los páramos, sobreviviendo a los duros inviernos de estas tierras, y que fueron romanizados y esclavizados, provenían del tronco indoeuropeo común, y trajeron con ellos el trabajo de la metalurgia y un sistema de vida basado en el ganado y en la búsqueda de pastos con la consiguiente trashumancia, como así parecen demostrarlo los restos de grandes mastines que se han encontrado en algunos castros de localidades cercanas y cuyos pobladores fueron los mismos que en Otero castro de "Las Cogotas", provincia de ávila), que serían empleados para éstos fines. Estos pueblos prerromanos convivieron con la magia y la muerte, convirtiéndolas en diosa lunar cuando celebraban danzas en su honor, mientras los huesos de sus caudillos y jefes eran blanqueados por los buitres y el sol en lugares que devoró la memoria".