Nada más entrar en
Pedraza comprobarás por ti mismo que este sí que es un
pueblo con encanto y uno de los más bellos de
España. Se trata de una villa
medieval amurallada, cuya cuidada rehabilitación motivó su declaración como Conjunto Histórico en 1951.
Su nombre parece derivar de la Pretaria
romana, aunque los primeros datos históricos se remontan a Don Fernando Gómez de Albornoz, comendador mayor de Montalbán, que fue nombrado por el rey Enrique II de Castilla Señor de Pedraza. Posteriormente pasó a manos de la
familia Herrera y a finales del siglo XV pasó a los condestables de Castilla por el matrimonio entre Doña Blanca Herrera y Don Bernardino Fernández de Velasco. Se mantuvo en estas manos hasta que en el siglo XIX se abolieron los señoríos. Los condestables se asentaron allí, siendo el lugar sitio de paso para grandes personalidades, como artistas, nobles y monarcas. En el siglo XVI y XVII tiene lugar la época de mayor esplendor del pueblo, y es de cuando datan la mayor parte de
casas y palacetes. Esta prosperidad fue debida, entre otras cosas, a la exportación hacia el Norte de Europa de la lana de sus rebaños de
ovejas merinas y a sus excelentes tejidos, capaces de competir con los mejores que se elaboraban en Flandes.
En la actualidad, en esta pequeña villa, la mayoría de sus vecinos viven del turismo, por lo que podrás encontrar numerosos asadores y
comercios.
Gran fama tiene su gastronomía, destacando el cordero asado, el judión de la Granja, el cochinillo asado las patatas revolconas o el ponche segoviano.