Definitivamente, cantaré para el hombre.
Algún dia - después - alguna
noche,
me oirán. Hoy van - vamos - sin rumbo,
sordos de sed, famélicos de oscuro.
Yo os traito un alba, hermanos. Surto un
agua,
eterna no, parada ante la
casa.
Salid a ver. Venid, bebed. Dejadme que os unja de auga y luz bajo la carne
Blas de Otero