Comentarios sobre Rapariegos para pasar el rato:
Gran parte de las personas de Rapariegos siempre se dedicaron a la agricultura sembrando en su término municipal cereales, también tenía muchos viñedos, los cuales fueron arrancándose en algunos casos porque eran antiguos y en otros porque la producción no era rentable. Había y hay, algunos viejos lagares con unas grandes vigas y unas pesadas piedras, en los cuales se prensaba la uva para extraerla el mosto y bajarlo a la bodega para que fermentara. Sería interesante, que alguna persona que tenga alguna fotografía de uno de estos lagares, la pusiera en la página del pueblo para que todos pudiéramos disfrutar de ella.
También tenía y tiene algo de ganadería, ovejas, vacas y cerdos, pero no es de estos temas de lo que hoy quiero hacer el comentario, sino de los artesanos.
Si, porque en mi pueblo había artesanos o artistas como yo les llamo. En aquellos tiempos no había maquinas y prácticamente se hacía todo solo con las manos. Se hacían trabajos en las fraguas y en las carpinterías, que en algunos casos eran verdaderas obras de arte.
Todavía recuerdo aquel sonido del martillo del herrero, golpeando sobre la bigornia marcando el ritmo al ayudante para machacar y dar forma a las rejas de los agricultores que salían de la fragua al rojo vivo y que al primer golpe, llenaban de chispas toda la fragua. O dando forma a una pieza de hierro recta, de unos cinco metros de larga, por dos o tres centímetros de gruesa. Esta se calentaba al fuego de la fragua, dándola forma curva hasta conseguir el aro de la rueda del carro. Y otra vez, me viene a la mente el sonido del martillo del herrero, golpeando la bigornia, con aquel sonido tan especial que salía de la fragua.
También recuerdo perfectamente la manera de hacer un carro y de cómo los carpinteros trabajaban la madera con la sierra, garlopa y escoplo, porque prácticamente, no había nada más. Lo que más me gustaba, era la forma de hacer la rueda. En primer lugar hacían la maza, que es la parte del centro de la rueda si mal no recuerdo. Esta era muy gruesa y redondeada, en ella hacían los agujeros a base de escoplo y mazo, unos agujeros de forma cuadrada y con un poco de inclinación hacia la parte de fuera, en los cuales, tenían que insertar los radios. Estos radios, al estar el agujero inclinado, daban a la rueda un poco forma de copa, después insertaban la pina, que es la parte curva del exterior de la rueda. Pero lo que yo en aquellos años de niño no entendía y me dejaba completamente perplejo, era, ¿cómo serian capaces de colocar el aro a la rueda? Si según les oía decir a los carpinteros y a los herreros, este aro, tenía que ser de menor tamaño que la propia rueda. Esto me tenía completamente intrigado, hasta que un día lo descubrí.
Los carpinteros llevaban la rueda al taller del herrero y la tumbaban sobre unos troncos grandes de madera. El herrero metía el aro en un horno y lo calentaban hasta casi ponerlo al rojo vivo, de esta manera, el hierro se dilataba y se hacía justo al tamaño de la rueda. Después dando unos golpes y con el propio calor del aro, quedaba completamente ajustado. Una vez ajustado le echaban agua fría, para que no quemara excesivamente la madera, de esta forma el aro, se enfriaba muy rápido contrayéndose y quedando completamente rígido en la rueda. Todavía hoy, hay una persona en el pueblo, que hace replicas en miniatura de estos carros, como el de la fotografía.
También había dos panaderías, que hoy día siguen existiendo, en cuyos hornos, se pueden asar extraordinarios cochinillos o corderos, dándoles un toque especial. En estos hornos hacen tartas, pasteles, empanadas, pastas, rosquillas, bollos, etc. Con un sabor extraordinario.
También tengo que nombrar el bar, donde los sábados y domingos se pueden degustar unas excelentes tapas, acompañadas de un buen verdejo, que es un típico vino de la tierra. Además, todos los días se pude disfrutar de buenas partidas de mus.
Hay dos residencias para la tercera edad, las cuales ofrecen un buen trato hacia las personas que allí residen.
Siguen existiendo dos tiendas de muebles, con buenas calidades y buenos precios.
Por último, desde esta página de Pueblos de España, quisiera dirigirme a todos los compradores de cochinillos y patatas. Vengan a Rapariegos y prueben estos productos, disfrutarán de su excelente calidad y de sus buenos precios.
Rapariegos, tierra de sabor y calidad.
Saludos.
Gran parte de las personas de Rapariegos siempre se dedicaron a la agricultura sembrando en su término municipal cereales, también tenía muchos viñedos, los cuales fueron arrancándose en algunos casos porque eran antiguos y en otros porque la producción no era rentable. Había y hay, algunos viejos lagares con unas grandes vigas y unas pesadas piedras, en los cuales se prensaba la uva para extraerla el mosto y bajarlo a la bodega para que fermentara. Sería interesante, que alguna persona que tenga alguna fotografía de uno de estos lagares, la pusiera en la página del pueblo para que todos pudiéramos disfrutar de ella.
También tenía y tiene algo de ganadería, ovejas, vacas y cerdos, pero no es de estos temas de lo que hoy quiero hacer el comentario, sino de los artesanos.
Si, porque en mi pueblo había artesanos o artistas como yo les llamo. En aquellos tiempos no había maquinas y prácticamente se hacía todo solo con las manos. Se hacían trabajos en las fraguas y en las carpinterías, que en algunos casos eran verdaderas obras de arte.
Todavía recuerdo aquel sonido del martillo del herrero, golpeando sobre la bigornia marcando el ritmo al ayudante para machacar y dar forma a las rejas de los agricultores que salían de la fragua al rojo vivo y que al primer golpe, llenaban de chispas toda la fragua. O dando forma a una pieza de hierro recta, de unos cinco metros de larga, por dos o tres centímetros de gruesa. Esta se calentaba al fuego de la fragua, dándola forma curva hasta conseguir el aro de la rueda del carro. Y otra vez, me viene a la mente el sonido del martillo del herrero, golpeando la bigornia, con aquel sonido tan especial que salía de la fragua.
También recuerdo perfectamente la manera de hacer un carro y de cómo los carpinteros trabajaban la madera con la sierra, garlopa y escoplo, porque prácticamente, no había nada más. Lo que más me gustaba, era la forma de hacer la rueda. En primer lugar hacían la maza, que es la parte del centro de la rueda si mal no recuerdo. Esta era muy gruesa y redondeada, en ella hacían los agujeros a base de escoplo y mazo, unos agujeros de forma cuadrada y con un poco de inclinación hacia la parte de fuera, en los cuales, tenían que insertar los radios. Estos radios, al estar el agujero inclinado, daban a la rueda un poco forma de copa, después insertaban la pina, que es la parte curva del exterior de la rueda. Pero lo que yo en aquellos años de niño no entendía y me dejaba completamente perplejo, era, ¿cómo serian capaces de colocar el aro a la rueda? Si según les oía decir a los carpinteros y a los herreros, este aro, tenía que ser de menor tamaño que la propia rueda. Esto me tenía completamente intrigado, hasta que un día lo descubrí.
Los carpinteros llevaban la rueda al taller del herrero y la tumbaban sobre unos troncos grandes de madera. El herrero metía el aro en un horno y lo calentaban hasta casi ponerlo al rojo vivo, de esta manera, el hierro se dilataba y se hacía justo al tamaño de la rueda. Después dando unos golpes y con el propio calor del aro, quedaba completamente ajustado. Una vez ajustado le echaban agua fría, para que no quemara excesivamente la madera, de esta forma el aro, se enfriaba muy rápido contrayéndose y quedando completamente rígido en la rueda. Todavía hoy, hay una persona en el pueblo, que hace replicas en miniatura de estos carros, como el de la fotografía.
También había dos panaderías, que hoy día siguen existiendo, en cuyos hornos, se pueden asar extraordinarios cochinillos o corderos, dándoles un toque especial. En estos hornos hacen tartas, pasteles, empanadas, pastas, rosquillas, bollos, etc. Con un sabor extraordinario.
También tengo que nombrar el bar, donde los sábados y domingos se pueden degustar unas excelentes tapas, acompañadas de un buen verdejo, que es un típico vino de la tierra. Además, todos los días se pude disfrutar de buenas partidas de mus.
Hay dos residencias para la tercera edad, las cuales ofrecen un buen trato hacia las personas que allí residen.
Siguen existiendo dos tiendas de muebles, con buenas calidades y buenos precios.
Por último, desde esta página de Pueblos de España, quisiera dirigirme a todos los compradores de cochinillos y patatas. Vengan a Rapariegos y prueben estos productos, disfrutarán de su excelente calidad y de sus buenos precios.
Rapariegos, tierra de sabor y calidad.
Saludos.