El viejo.
Los años fueron pasando y con el paso del tiempo, uno mismo se da cuenta al rasurarse la barba, mirándose en el espejo, que de pronto se ha hecho viejo, entonces dices bajito, ¡Que pronto ha pasado el tiempo! y los surcos se te marcan, en la cara, en las manos, en el cuerpo, y la mente se sosiega y en ella aparecen lejanos tiempos, tiempos de escasez, pero con gratos recuerdos, recuerdas cuando eras niño, las risas, las carreras, y los juegos, y se te viene a la mente los parajes de aquel pueblo, donde naciste un día, en otoño, cerca ya del frío invierno. Recuerdas aquellas plazas, esas calles, los rincones de tu pueblo. Mi calle era de tierra, de esa tierra del Guijar con muchos cantos pequeños, tierra que cuando se pisa, se asienta muy bien al suelo. Por el centro de la calle, hecho con piedras del monte, surcaba un bonito arroyo, mejor dicho, un arroyuelo, y por el cuando llovía, sobre todo en el invierno, bajaba el agua calle abajo, como un río, río, sin zarzas, mimbrales, álamos, olmos, que allí decimos negrillos, pero ami me parecía, como el Ebro, el mas grande de los ríos. Yo cruzaba aquel río como un audaz marinero, con mi barca de madera, hecha con mis propias manos, con la corteza de un pino y el mástil, de rama, de álamo negro, la barca tena quilla, y en los lados de la barca, en la borda, clavados tenia dos remos, en un lado de la proa, junto a la roda, escrito tenia un nombre, Colon, recordando al famoso marinero, y en lo alto de aquel mástil la bandera hecha de trapo, pintada con colorines, rojo, gualda, colores de sangre y fuego. En algunas ocasiones, el río se desbordaba con la tormenta caída, y la barca naufragaba, adios remos, adios mástil, adios barca, adios bandera, pues con el tropo mojado estaba descolorida. Eso es lo que esta pasando, que ahora esta “descolorida”, por algunos mamandurrias, que envueltos en la ignorancia, y repletos de codicia, la atacan, la desprecian, para conseguir sus fines, echándole mucho morro y con la astucia del zorro, vivir del cuento en la vida.
Recuerdos, gratos recuerdos.
Saludos.
Los años fueron pasando y con el paso del tiempo, uno mismo se da cuenta al rasurarse la barba, mirándose en el espejo, que de pronto se ha hecho viejo, entonces dices bajito, ¡Que pronto ha pasado el tiempo! y los surcos se te marcan, en la cara, en las manos, en el cuerpo, y la mente se sosiega y en ella aparecen lejanos tiempos, tiempos de escasez, pero con gratos recuerdos, recuerdas cuando eras niño, las risas, las carreras, y los juegos, y se te viene a la mente los parajes de aquel pueblo, donde naciste un día, en otoño, cerca ya del frío invierno. Recuerdas aquellas plazas, esas calles, los rincones de tu pueblo. Mi calle era de tierra, de esa tierra del Guijar con muchos cantos pequeños, tierra que cuando se pisa, se asienta muy bien al suelo. Por el centro de la calle, hecho con piedras del monte, surcaba un bonito arroyo, mejor dicho, un arroyuelo, y por el cuando llovía, sobre todo en el invierno, bajaba el agua calle abajo, como un río, río, sin zarzas, mimbrales, álamos, olmos, que allí decimos negrillos, pero ami me parecía, como el Ebro, el mas grande de los ríos. Yo cruzaba aquel río como un audaz marinero, con mi barca de madera, hecha con mis propias manos, con la corteza de un pino y el mástil, de rama, de álamo negro, la barca tena quilla, y en los lados de la barca, en la borda, clavados tenia dos remos, en un lado de la proa, junto a la roda, escrito tenia un nombre, Colon, recordando al famoso marinero, y en lo alto de aquel mástil la bandera hecha de trapo, pintada con colorines, rojo, gualda, colores de sangre y fuego. En algunas ocasiones, el río se desbordaba con la tormenta caída, y la barca naufragaba, adios remos, adios mástil, adios barca, adios bandera, pues con el tropo mojado estaba descolorida. Eso es lo que esta pasando, que ahora esta “descolorida”, por algunos mamandurrias, que envueltos en la ignorancia, y repletos de codicia, la atacan, la desprecian, para conseguir sus fines, echándole mucho morro y con la astucia del zorro, vivir del cuento en la vida.
Recuerdos, gratos recuerdos.
Saludos.