REVENGA: Tercera parte....

Tercera parte.
En cuanto a lo de venir de fuera … Veamos: el único requisito exigible para ser vecino de una población, con todos los derechos y deberes que le corresponden como tal, es estar empadronado; algo que, curiosamente, no cumplen bastantes habitantes, nacidos aquí y residiendo toda la vida. No es más vecino el que más tiempo lleve. Pero si es infinitamente más meritoria la actitud de quien dedica algo o mucho de su tiempo a trabajar por el pueblo en el que vive. Eso lo podrían hacer algunos de los que tanto hablan, pero nada hacen; o peor, hacen lo posible para perjudicar al pueblo, impedir su progreso y beneficiarse personalmente.
Claro, a lo mejor pretenden exigir pureza de sangre. A fin de cuentas, es lo que en determinados momentos históricos se ha practicado en Alemania y todavía propugnan algunos en el norte de España. Lógicamente, esto es una aberración y así lo considero. Pero para información de los que refugiando su cobardía en la masa me gritan ¡dimisión! y ¡vete a Jaén! les diré tres cosas:
1ª. Siempre he estado al corriente de todo lo que pasaba en Revenga y nunca he perdido el contacto físico. En los años que no residía aquí, venía en la mayor parte de los periodos vacacionales. Ellos lo saben. Desde 1994 estoy empadronado y tengo aquí mi residencia.
2ª. Doy gracias a Dios porque soy de las pocas personas que puede decir que teniendo un propósito a muy largo plazo ha podido cumplirlo. De siempre he querido vivir y acabar mis días en el pueblo de mi padre y de todos mis antepasados. Como tantos, si quería ejercer de acuerdo con la formación que tenía, tuve que irme fuera. No elegí cualquier sitio, como Madrid, el más habitual para los segovianos. Elegí Jaén, provincia que por su falta de desarrollo, su población eminentemente agraria y la necesidad de que hubiera gente entregada a la formación de sus jóvenes, encajaba perfectamente con mis ideas, las mismas que sigo teniendo y que guían cualquier actividad que realizo. De 1969 a 1994 he estado en Jaén, he contribuido a la formación de generaciones de personas con las que mantengo unas excelentes relaciones y tras 25 años, siendo Inspector de Educación, opté por trasladarme a Segovia. Lógicamente, este logro no lo hubiera conseguido solo. El apoyo de mi mujer y mis hijos ha sido determinante. Y todo el fruto material de nuestro trabajo a lo largo de tantos años aquí lo he invertido. La oportunidad de dedicar ocho años de mi vida a trabajar por Revenga ha sido la culminación de este antiguo propósito, impensable sin el apoyo de la mayoría de los revenganos y revenganas. ¿Tiene más merito el que acrecienta su hacienda quedándose o utilizando para su beneficio personal el patrimonio público, porque ha nacido en Revenga?.
3ª.- El arraigo a un lugar no lo produce el hecho de que allí se encontrase la madre de uno en el momento de dar a luz. El que presume y alardea de ello ¿qué ha hecho de meritorio? ¿Influyó en su madre antes de nacer para que en ese momento estuviera en Revenga? La mía estaba en Segovia. Y mi familia, desde que Revenga es, cuando fue fundada en el siglo XIII por los repobladores procedentes de Revenga de Campos (Palencia), ha estado aquí. Documentalmente, es demostrable que en un censo de 1752 sólo los apellidos Alonso, Cañas, Pascual, Nogales, Rodríguez y Tapias, entre todos los que ahora hay entre los residentes, estaban en Revenga. Todos los demás se han incorporado con posterioridad a esa fecha. A muchos los conocemos los más viejos, pues vinieron en gran cantidad cuando se construyó el pantano. Fueron bien recibidos e integrados en el pueblo, como corresponde a la generosidad de los revenganos. Pero parece que a algunos no les ha parecido bastante y se quedan con el patrimonio del pueblo que pueden.