REVENGA: Antonio, soy lavable. Por mucha porquería que creas...

Antonio, soy lavable. Por mucha porquería que creas que me echas encima, no me afecta nada. Tu comportamiento es absolutamente normal para ti: te escondes, evitas hablar cara a cara, recurres a tácticas que en otras personas provocarían reacciones airadas y escribes con absoluta frivolidad de cuestiones que no conoces ni te interesa conocer. Pero te metes en terrenos muy peligrosos: insultas a personas que no se pueden defender, porque ya no existen. Y que el origen esté en una interpretación errónea sobre quien es el autor de un cibermensaje anónimo no te exculpa en absoluto: el destinatario está clarísimo. Por poco que lo pienses entenderás que has traspasado la línea roja: que los insultos nunca pueden confundirse con la libertad de expresión y que las consecuencias de esos insultos son mucho más graves cuando afectan a personas en el ejercicio de cargos públicos. Buen material has proporcionado a la justicia. Lo que a partir de ahora suceda dependerá exclusivamente de ti.
Conocerme a mí y no confundirme con otro es muy fácil. Ni de palabra, soportando el acoso y los insultos de quienes quieren suplantar la democracia representativa por la apisonadora asamblearia, ni por escrito, jamás insultaré a nadie. No sabría hacerlo, aunque quisiera. Contar lentamente hasta 101 antes de responder a cualquier provocación me ha dado siempre buenísimos resultados y no voy a cambiar. Y las amenazas que me lancéis las esperaba desde el momento que consideré bueno y útil dedicar ocho años de mi vida al pueblo de mis antepasados y a sus gentes actuales, de procedencias muy diversas y que contribuyen cada vez más a la mejora de esta sociedad. Lo que ya me habéis hecho y lo que pueda sobrevenir, incluso las agresiones físicas o la muerte, es lo que único que puedo esperar de vosotros. Y en “vosotros”, bien lo sabéis, englobo a un grupo reducidísimo, conocido por todos, temido por muchos, como así me lo confiesan. Grupo que jamás conseguirá regir los destinos de Revenga, pues no hay partido político con aspiraciones suicidas que os quiera acoger. Vuestro acceso al poder sólo es posible por la vía del golpe de estado (a nivel ELM). Lo habéis intentado hace años y, aunque no lo conseguisteis, sí lograsteis que la persona democráticamente elegida arrojase la toalla antes de terminar su mandato. Por lo que a mí respecta, sólo sé que hoy es el primer día del resto de mi vida. Nada más.