REVENGA: Si los que entran en esta página web, por curiosidad,...

Si los que entran en esta página web, por curiosidad, “pican” en algún pueblo de cualquier provincia de España verán que la gente que colabora introduciendo mensajes o fotos fundamentalmente ensalza el lugar en el que vive y predispone a los que no lo conocen para que vayan y lo disfruten, y confraternicen con sus pobladores.
¡Qué deplorable imagen se está dando de Revenga! Y lo más grave es que, posiblemente, quienes manchan con insultos cruzados, amenazas, burlas y todo tipo de verdulerías a esta población son quienes dicen que la quieren mucho. Si quieren utilizar este foro como plataforma para denunciar lo que creen que se hace mal, están en su derecho. Pero si pierden la educación y la corrección en las formas se invalidan de plano sus argumentos. Y la ocultación de la identidad demuestra, aparte de otras cosas, inseguridad. Quien cree en lo que dice o escribe va sin ningún miedo a donde sea, a cara descubierta.
Vigilar a las personas y, encima, publicarlo en la red dice muy poco a favor de la madurez de quienes lo hacen. Es pueril y, posiblemente, el punto al que llega cualquier internauta despistado que al ver semejantes comentarios decide cerrar la página y entrar en algo más ameno e instructivo.
Parece que para esta gente tiene mucha más importancia vigilar y publicar los movimientos del alcalde de Revenga que conocer cómo se gestionan los asuntos del pueblo, sugerir mejoras y, sería lo ideal, postularse como alternativa para el futuro exponiendo sus planes y proyectos y, muy importante, la estrategia de trabajo que van a utilizar para conseguirlos. Porque con lo que dicen hasta ahora la cosa está clara: todo se hace mal. Para ponerlo remedio no hace falta gente con vocación política (eso quiere decir de servicio al pueblo). Bastan unas cuantas máquinas excavadoras que durante dos o tres días den unas vueltas y dejen el pueblo y sus alrededores (cementerio, depuradora, espacios deportivos, acometidas de agua, ermitas, …) en el estado que se encontraba hace años. No hace siete, sino bastante más, pues el sufrimiento de estas personas empieza claramente cuando el alcalde se elige democráticamente y ya no lo nombra el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento.
Para mí, en lo referente a Revenga, sólo me preocupa que lleguen a buen término el mayor número de proyectos de mejora y la solución de los problemas que cotidianamente surgen. Y esto sólo se consigue de una manera: trabajando, por el bien de todos, sin tener para nada en cuenta la afinidad, simpatía o animadversión de las personas que puedan resultar más favorecidas.
Por ello, para que se tranquilicen mis vigilantes, voy a responder muy brevemente a alguna de sus inquietudes.
* Voy a por agua de vez en cuando al puerto de Navacerrada (por cierto, es mucho mejor la de La Fuentecilla, en la vertiente segoviana, que la de Los Geólogos, en la madrileña, y, cualquiera de las dos, mucho mejor que la de la fuente de Valsaín). Y cuando no vivía aquí he ido a manantiales de otras sierras. La faringitis crónica que padecemos todos los docentes nos impide beber agua clorada (la que se llama potable), y hay que recurrir al agua de manantial, embotellada o directa. El agua de Revenga antes de que hicieran el depósito (siempre que venía me llevaba unas cuantas garrafas de agua del grifo) o ahora la del río, “a morro”, me sienta estupendamente. Y cuando se repare el tramo de la cacera que está roto, que ocurrirá antes de lo que algunos piensan, mi problema y su solución persistirán, como también persistirá el sabor del agua que sale ahora por los grifos. Ya explicaré el por qué con más detalle.
*Cuando nieva, yo y otros vecinos que viven en la parte baja del pueblo, no tenemos más solución, si queremos salir para trabajar antes de las siete de la mañana, que dejar el coche en donde no haya que subir cuestas. Ya quemé un coche intentando subir la cuesta de la calle del Manzano y no tengo ningún interés en repetir la experiencia. Y aunque en Revenga gobierne el PRH (todavía es pronto para descifrar siglas) u otros aliados naturales, a Revenga vendrán las máquinas cuando se hayan limpiado los accesos a colegios, hospital y estaciones de Segovia. O quizás no. Pero ésta es una baza que me guardo. Estoy en mi derecho.
*A veces cojeo. Problemas de circulación. No me lo soluciona la Policía Local, que es la que entiende del tema y, mucho menos, los médicos. Ya, se sabe, lo bueno se hereda poco, lo malo casi siempre. Bien lo saben algunos de los que han entrado en este foro. Pero creo que presumir de salud, belleza, fuerza y otras cualidades sobre las que hemos hecho nada para lograrlas es propio de irresponsables. Ya se sabe: NO ESCUPAS HACIA ARRIBA, PORQUE TE CAERÁ EN LA FRENTE. Uno puede en todo caso estar orgulloso de lo que ha conseguido con su esfuerzo; no de la inteligencia, que también la da el que vive en el piso de arriba, sino de permanecer constantemente en actitud receptiva, aprendiendo de lo que la vida te ofrece cada día: NO TE ACOSTARÁS SIN SABER UNA COSA MÁS. Por desgracia, muchos acaban el día con menos sabiduría de cómo lo empezaron: sólo se miran al ombligo y desprecian las opiniones y las actuaciones de los que les rodean.
*Bar de Hontoria. En singular. Voy regularmente un par de veces al día. Me gusta el café que hacen y, además, leo El Adelantado (El Norte de Castilla lo compro aquí, en la panadería). Y allí, como en todos los sitios en los que me muevo, si hablo con alguien dejo a Revenga y a sus habitantes, a todos, muy altos. Que alguno de estos habitantes a veces está allí y me ve, lo mismo que yo a él. Las miradas cruzadas tienen doble sentido. Lo que ellos hablen cuando me he ido (suelo estar poco tiempo) ellos lo saben. Como también me oyen lo que yo digo mientras compartimos el local, que lo sabemos los dos. Normal. Si se escriben estas cosas de mí, decirlas es mucho más fácil.
Bueno, espero que una vez leído todo esto estas personas alcancen la paz y se les quite la zozobra. Tanto a los que ocasionalmente espían mis movimientos como al que sigue repetidamente en sus paseos por el campo a algún miembro de la Junta Vecinal.