REVENGA: Aquí he de hacer un inciso. En la primera obra de Planes...

Aquí he de hacer un inciso. En la primera obra de Planes Provinciales en que tuvimos que intervenir, la del parque, los ingenieros de Parques y Jardines me recomendaron que buscara algún contratista de Revenga porque, por lógica, siempre se esmerará más uno del pueblo, conocido por todos y que sabe que durante muchos años la gente alabará su trabajo, si lo hace bien. Me pareció un excelente ocasión para que, de una forma ordenada conforme fueran surgiendo obras, todos los constructores de Revenga pudieran participar, proporcionarles unos beneficios y crear algunas fuentes de riqueza dentro del pueblo, distintas de las tradicionales.
Me puse al habla con uno de ellos (sin ningún orden de prioridad, pues para mí todos son iguales y con todos tengo la misma confianza, por lo menos entonces). Tras exponerle la idea y darle el proyecto quedó en estudiarlo y darme una respuesta. Nos vimos en varias ocasiones, me presentó a unos colaboradores con los que iba a trabajar y me dijo que, en principio podíamos llegar a un acuerdo, ajustando alguna cosa sin importancia. Le previne varias veces que debía ajustarse totalmente al presupuesto de la obra, tanto en la parte técnica como en la económica y, sobre todo, que la adjudicación debía estar hecha y firmada antes de un determinado día, ya que, en caso contrario, se perdía la subvención y la obra no se podía realizar. Siempre me dijo que no habría problema.
La noche anterior al día en que se cumplía el plazo se presentó en el Ayuntamiento y me dijo que para hacer la obra tenía que darle dos millones de pesetas más. Que la Diputación paga tarde, que la obra tenía muchos gastos por los obreros que había de contratar y que, o se hacía así, o no se hacía. Incluso me dijo que los papeles oficiales podían seguir como estaban pero que yo, de otro lado, le tenía que dar los dos millones.
Simplemente le dije que eso era imposible. Y que lo más probable es que la obra se perdiera. Al día siguiente expuse el tema en Parques y Jardines; me dijeron que algo así se esperaban a la vista del comportamiento oscuro que había mostrado y sus reticencias en días anteriores a ir a firmar la adjudicación. Recurrieron a una empresa que ya había trabajado antes para el Ayuntamiento; en pocas horas se pusieron de acuerdo y a las 14:45, 15 minutos antes de que se cerrase el registro de la Diputación, se presentaba allí el documento firmado. Y el parque se hizo, en contra de los que decían que aquello era suyo porque siempre había estado ocupado por sus vacas; conseguí una modificación en el proyecto para incluir el pilón, no previsto inicialmente. A todos los que protestaban intentamos hacerles comprender que el pueblo es de todos, que nadie puede machacar ni atemorizar a otros vecinos y que lo que hay debe compartirse, y todos debemos vivir. Pasados los años, niños, familiares directos de estas personas, son los que más disfrutan del parque, junto con sus madres. Aunque no hace mucho (cuando la manifestación del frontón) su adalid dijo públicamente que no había hecho como alcalde más que “esa mierda de parque” (sic). Por cierto, si esa persona ha sido capaz de leer hasta aquí, verá que antes ya he dado respuesta a una de sus preguntas. La otra espera turno.
La persona con la que quise realizar la obra me preguntó en días posteriores qué había pasado. Le dije que se había perdido, al no haberlo podido presentar dentro de plazo. Una mentira piadosa que seguro que no se creyó, sobre todo a partir del día en que empezaron a trabajar los de la empresa adjudicataria. Desde entonces se dedica a ponerme verde y no me habla. La última vez que lo hizo recuerdo que fue para llamarme “sinvergüenza” tres veces seguidas, delante de la policía, cuando la manifestación del frontón.
Ni qué decir tiene, desde entonces todas las obras de Planes Provinciales las negocian los técnicos del Ayuntamiento de Segovia y nosotros nos limitamos a la tramitación administrativa. En base a los informes que nos dan, la Junta Vecinal adjudica la obra (salvo en las ocasiones en las que no se nos transfiere ningún dinero y lo hace todo Segovia, metiéndola dentro de un paquete de obras de mayor envergadura, como ocurrió con la calle Luciana Villagroy). Por si todavía queda alguna duda, todo el dinero que se maneja discurre sobre papeles, en partidas inamovibles, de las que hay que dar cumplida cuenta a la Diputación y presentar todas las facturas. Cajones para contener dos millones de pesetas, la verdad, no tenemos. Cuando sufrimos el robo el verano pasado se llevaron 80 €, una de las veces que más dinero había.