Información complementaria: el “regente falaz” al que alude el poema es el cardenal holandés Adriano de Utrech. Fue preceptor de Carlos I desde los 6 a los 16 años. Éste lo envió a España cuando estaba próximo a morir Fernando el Católico, para vigilar y controlar en lo posible su testamento. Aunque dejó la corona de Aragón a su hija Juana (ella ya lo era de Castilla, tras la muerte de Isabel la Católica), Carlos nombró regente de España a Adriano en 1516, que le preparó el terreno para que fuera coronado rey mediante sobornos a varios procuradores de las Cortes de, sin que estas Cortes hubieran declarado a Juana incapaz.
En 1520 volvió a nombrarle regente, pues Carlos se fue a Alemania para hacerse cargo del imperio de su abuelo paterno, Maximiliano. Fue en estos años cuando Adriano ejerció una gran represión (en Mora, Toledo, mandó quemar una iglesia en la que se refugiaban familiares de los rebeldes, muriendo más de 3.000 personas, la mayoría niños y mujeres) y ejecutó a los capitanes comuneros en Villalar, sin que mediara ningún juicio.
Cuando en 1522 Carlos volvió a España le recompensó haciendo que le nombraran Papa (Adriano VI) con presiones y sobornos a los cardenales, a pesar de no haber estado presente en el cónclave. Murió al cabo de un año y fue el último papa no italiano hasta el reciente Juan Pablo II, polaco, seguido por Benedicto XVI, alemán.
En 1520 volvió a nombrarle regente, pues Carlos se fue a Alemania para hacerse cargo del imperio de su abuelo paterno, Maximiliano. Fue en estos años cuando Adriano ejerció una gran represión (en Mora, Toledo, mandó quemar una iglesia en la que se refugiaban familiares de los rebeldes, muriendo más de 3.000 personas, la mayoría niños y mujeres) y ejecutó a los capitanes comuneros en Villalar, sin que mediara ningún juicio.
Cuando en 1522 Carlos volvió a España le recompensó haciendo que le nombraran Papa (Adriano VI) con presiones y sobornos a los cardenales, a pesar de no haber estado presente en el cónclave. Murió al cabo de un año y fue el último papa no italiano hasta el reciente Juan Pablo II, polaco, seguido por Benedicto XVI, alemán.