Quien se ofrece para trabajar por un pueblo, y éste le apoya, asume muchas responsabilidades y obligaciones. El programa electoral es un resumen de lo que el candidato desea conseguir durante cuatro años. Ya comenté que en un pueblo como Revenga, sin casi competencias, con muy pocos medios económicos, lograrlo depende fundamentalmente de lo que otras administraciones quieran dar. Por experiencia, sabemos que es posible conseguir bastante, a base de visitas, gestiones, escritos, etc. Puede que algunas cosas del programa no se consigan, pero se ven ampliamente compensadas por otras que no estaban previstas; permaneciendo en un estado de vigilancia permanente se descubren, se solicitan, se tramitan y acaban siendo realidad. Un ejemplo, entre otros, de esto último: la reforma del consultorio fue denegada por la JCyL en dos ocasiones. Pero se aprovechó la coyuntura del Plan E y ahí está.
Las calles, los servicios, los transportes, los locales de ocio, las escuelas, … son importantísimos, pero siempre estarán en un segundo plano ante la vida, la salud y la seguridad de los habitantes del pueblo. Por eso, CUALQUIER ALCALDE tiene una obligación prioritaria: detectar riesgos, tomar muy en cuenta las denuncias, quejas o sugerencias que en este ámbito le hagan los vecinos y procurar una solución inmediata. Si está dentro de las competencias y lo permite la economía de la ELM debe actuar cuanto antes. En caso contrario, debe comunicarlo a quienes tengan la competencia y la responsabilidad de hacerlo. Y si no lo hacen y ocurre algo irreparable, ESE ALCALDE estará exento de responsabilidad. Pero si no lo comunicó, la fuerza de la ley actuará contra él, por su desidia o por haber antepuesto sus intereses personales al juramento o promesa que realizó al tomar posesión del cargo: CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LAS LEYES. O, en otras palabras, por haber cometido el delito de prevaricación. La verdad, no es nada apetecible asumir el cargo o la función de alcalde si, por no cumplir la legalidad en asuntos tan importantes, puedes ir a la cárcel.
Las calles, los servicios, los transportes, los locales de ocio, las escuelas, … son importantísimos, pero siempre estarán en un segundo plano ante la vida, la salud y la seguridad de los habitantes del pueblo. Por eso, CUALQUIER ALCALDE tiene una obligación prioritaria: detectar riesgos, tomar muy en cuenta las denuncias, quejas o sugerencias que en este ámbito le hagan los vecinos y procurar una solución inmediata. Si está dentro de las competencias y lo permite la economía de la ELM debe actuar cuanto antes. En caso contrario, debe comunicarlo a quienes tengan la competencia y la responsabilidad de hacerlo. Y si no lo hacen y ocurre algo irreparable, ESE ALCALDE estará exento de responsabilidad. Pero si no lo comunicó, la fuerza de la ley actuará contra él, por su desidia o por haber antepuesto sus intereses personales al juramento o promesa que realizó al tomar posesión del cargo: CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LAS LEYES. O, en otras palabras, por haber cometido el delito de prevaricación. La verdad, no es nada apetecible asumir el cargo o la función de alcalde si, por no cumplir la legalidad en asuntos tan importantes, puedes ir a la cárcel.