La verdad es que un tal alberto martin, lo supero metiendose en la peña de un salto del car, o por no halar del montoro, que arrastro lomo y cabeza por la
calle del cesillar.menos mal que el car desaparecio, porque si no esa joya con doce cilindros en v habria acabado con alguna de nuestras vidas, bien por accidente, o por ataque de risa.
Corre mas un mentiroso que un sordo.