Acteón toca la flauta mientras Diana disfruta de un baño ayudada por sus ninfas. Esta
fuente representa el momento antes de que la diosa se dé cuenta de que Acteón la está mirando y desee convertirle en ciervo, deseo que se cumple y que provoca que el hijo de Aristeo acabe devorado por sus propios perros. El conjunto escultórico da la espalda a un alto murallón en cuyo cuerpo central hay un jarrón con
flores y en sus laterales dos pilastras que, con sus diferentes niveles decrecientes, hacen que el
juego del
agua al caer sea espectacular. Esta fuente fue la última en construirse.