El balance de las fiestas una vez terminadas, es que nada cambia, nos hemos hartao de toros y más toros, hay algún bar al que no se ha podido ir a tomar el vermut porque durante toda la mañana había algún toro. Ahora empezar a ahorrar para los del año que viene, eso sí la caldereta y la paella a pagar que pa eso no hay. Con lo de estos dos días hay recuerdos para todo el año.