Seguro que muchos recordareis los inviernos que disfrutábamos de pequeños-as:nos deslizábamos por las laderas nevadas de las eras de arriba..., nos comíamos los carámbanos que bajaban de las tejas como si fueran los más exquisitos helados..., metiamos nieve en las cajas de cerillas y nos parecía maravilloso su sabor..., nos resbalábamos por los charcos helados como si fueran pista de patinaje...y encediamos la "gloria" de la escuela, que nos daba un calorcito a los pies...Incluso parecía una fiesta cuando aquello se llenaba de humo...¡Madre mia! A menudo la misma realidad resulta muy diferente para unos y otros.Al final lo que cuenta es la actitud que se tiene al vivirlo...