El
monasterio de
San Antonio el Real era el antiguo pabellón de
caza de Enrique IV y más tarde se convirtió en
convento. Son únicos sus techos artesonados de estilo mudéjar que datan todos de 1455, son todos de época (al contrario de los techos del alcázar de
Segovia que fueron destruidos durante el incendio de 1862 y reconstruidos a principios del siglo XX). La
iglesia presenta un techo mudéjar y el
claustro (ahora convertido en
museo) presenta otros ejemplos de techos mudéjares de técnica nazarí. Diez monjas siguen viviendo en el convento.