Entre los distintos tramos que ofrece este río, el más recomendable es el que se extiende desde las afueras de Sepúlveda al puente de Villaseca. Desde la villa castellana se observa el contraste que ofrecen los desnudos campos castellanos, salpicados por austeras sabinas y ralos tomillares, y el frondoso y colorista trazo que señala el Duratón. Dos espacios opuestos que sin embargo están tan cercanos. Descender a su interior y recorrer este cañón es como viajar a otro mundo. Para ello seguiremos un tranquilo camino que discurre junto al río, en un cómodo paseo que permite descubrir tan sereno y espectacular paisaje.