Dentro del término de Sepúlveda y ocupando una buena parte de él, se localiza el Parque Natural de las Hoces del Duratón. El río Duratón nace en el Puerto de Somosierra y casi a la mitad de su recorrido (más de cien kilómetros de cuenca hasta desembocar en el río Duero cerca de Peñafiel) organiza a la altura de esta villa segoviana un cañón de veinticinco kilómetros de recorrido, con hoces y desniveles que en algunos puntos se aproximan a los cien metros de altura. Recorrerle es todo un regalo para los sentidos, pues las hoces y cañones organizados por los procesos cársticos del agua sobre la piedra caliza, conforman uno de los más bellos paisajes creados por la naturaleza. Desde Sepúlveda pueden realizarse cómodas excursiones por el mencionado Parque de las Hoces del Río Duratón, donde visitaremos algunas zonas de nidificación de buitres leonados, o acercarnos hasta la Cueva de Lóbregas y a la Cueva Labrada. Algunas de estas cuevas fueron utilizadas como eremitorios en la Alta Edad Media por monjes vinculados a la figura de San Frutos, patrón de Segovia.