Pasar unos días en el Valle es cambiar ruido por silencio, admirar un cielo con tantas estrellas como nunca lo habías visto o poder hacer una escapada a San Frutos, un gran remanso de paz.
Ese sendero lleva al antiguo molino, que como casi todas las casas está abandonado. Aplícate el cuento y ven a vernos, siempre serás bien recibido.