Es el único
monumento dedicado a la
cigüeña en nuestro país, teniendo una relevancia importante, no solo por lo que representa este ave en nuestras leyendas, ni por su singular belleza, sino por ser el único monumento dedicado a la cigüeña en
España.
Este monumento fue levantado por la
Escuela Taller de
Villacastín en 1988, en
homenaje a la cigüeña negra por la presencia en los
campos de los alrededores del
pueblo las
piedras fueron cortadas en la cantera de
Fuente Pedraza perteneciente a los hermanos Prados Quemada, siendo su autor el pintor y
escultor Rafael de la Concepción.