Al comienzo de la
primavera, todos los años, traemos al estanque algas que cogemos en el
rio Eresma.
A la
fauna del estanque, principalmente a las ranas, les gustan mucho estas algas, y les sirven de soporte físico para fijar y camuflear sus puestas anuales de huevos.
Al cabo de unas semanas, de las algas surgen pequeñas
flores de intensos
colores (blanco, amarillo, y verde) que cada mañana se abren con la luz del sol y se cierran al
atardecer.