El tejadillo del depósito de agua, es el lugar de reunión y descanso preferido por los tordos; desde esa posición elevada dialogan entre ellos emitiendo agudos y melodiosos silvidos, en los frios amaneceres de invierno.
En la fotografía se ve como lo defienden su bastión, de la presencia molesta de un rival tan peligroso como el milano real.
El apoyo mutuo y la unión de los débiles, hacen la fuerza que es necesaria para vencer a los poderosos.