Instantánea facilitada por Juanjo Negredo, gracias
amigo.
-. Las acacias autóctonas y todo tipo de arbustos se han transformado y convertido, por el efecto de la
nieve el hielo y la escarcha, en auténticas
palmeras doradas, que maravilla!, un regalo para los sentidos la contemplación de este magnífico espectáculo... y digo yo, a que esperan para montar de nuevo el Belén, bajo las
rocas, en la penumbra, al pié de las cavernas...